01 Dic La caja creativa y sostenible: una idea cooperativa para emergencias
Hay días en los que todo lo que tenemos planeado se escapa por la ventana sin previo aviso. Algunas familias tienen que afrontar de un día para otro, y sin posibilidad de planificación, las obligaciones domésticas, laborales y el acompañamiento de sus hijos, debido, por ejemplo a una cuarentena preventiva en la escuela.
Las familias que no han creado el hábito en casa de realizar trabajos creativos con sus hijos, o de ofrecerles materiales sugerentes para que los realicen con autonomía, disponen de menos recursos a la hora de acompañar las largas horas que les quedan por delante antes de poder volver a normalizar su día a día. Aumentar las horas de entretenimiento virtual puede convertirse en un modo de responder a una situación imprevista y complicada, como la de conciliar trabajo online y familia, pero no es la única solución a la que acudir para pasar esos días de espera la manera más sana y serena posible.
Se me ha ocurrido iniciar una sencilla idea cooperativa para niños en esta situación, que también puede usarse, en realidad, en cualquier momento de la cotidianeidad que no esté sujeta a emergencias.
Se trata de una caja plenamente realizada con elementos reciclados, presentados de una manera atractiva, que los dignifique y a la vez que los presente de tal modo que inviten a su manipulación y combinación entre ellos.
La caja está constituida de los siguientes materiales, todos reciclados:
- Fragmentos de papel de distintas medidas, texturas y colores
- Restos de elementos téxtiles de colores bonitos
- Formas de hojas recortadas de varios materiales y medidas, papel y cartón
- Círculos de cartón con orificios
- Moldes con formas para estampar, realizados con poliestirolo
- Lana y restos de cuerdas
- Celo de pintor de papel
- Pasta de sal coloreada con especias
- Restos de ceras al granel sin caja
- Elementos naturales de medida pequeña para acompañar la pasta de sal: piedras, conchas, restos de bellotas, castañas secas.
- Piñas de medida pequeña
La caja va acompañada de algunas ideas para hacer partir la creatividad. Algunas de las actividades que pueden realizarse las podéis encontrar en el post sobre cómo realizar actividades inspiradas en las formas de las hojas.
En ocasiones el hecho de que un material sea o no atractivo para un niño depende del modo en el que se lo presentemos. Si dispusiéramos todos estos materiales mezclados en un caja sin un orden estético, revueltos, y en grandes cantidades, sería más difícil que sugirieran acciones.
Si además, nosotros los adultos nos interesamos por ellos, selecionamos los materiales para no presentarlos todos a la vez, y preparamos un espacio adecuado para manipularlos, el éxito está asegurado.
En algunas circunstancias y familias este tipo de juego manipulativo se da mucho menos, y por ello una caja como esta puede ser todo un descubrimiento.
Te invito a que realices una caja similar para algún niño que forme parte de tu entorno y que sientas que lo necesita. Verás como es un regalo no sólo para él, sino para tí y para la familia que lo recibe.
Es posible realizar actividades que unan la vida familiar y escolar, y que a la vez tengan en cuenta los retos y necesidades de nuestro tiempo. La creatividad tiene que ser cada vez más, una creatividad sostenible con las necesidades del planeta y que cuide al ser humano en toda su complejidad, teniendo en cuenta su dimensión individual y social.
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SOBRE LA AUTORA.
Maria Folch. Artista, educadora artística, terapeuta de flores de Bach y Reiki, asesora formada en Crianza Positiva y Pedagogía Waldorf. Vive y trabaja en Reggio Emilia, Italia. Realiza formaciones y asesoramientos a personas individuales, familias o escuelas en las que une recursos creativos en versión sostenible, y de crecimiento personal. Divulgadora a través de este blog www.ebeca.org
