Fragmentos de «El niño, el secreto de la Infancia» de Maria Montessori

Fragmentos de «El niño, el secreto de la Infancia» de Maria Montessori

La edición que tengo entre manos es muy antigua. Sus hojas amarillentas y ligeramente abarquilladas me recuerdan que el libro ha pasado por muchas manos antes de las mías. Sin embargo, como si fuera un niño pequeño viviendo en la etapa de la total fantasía, me entrego al pensamiento de que ese secreto me es revelado solamente a mi y por primera vez. ¿Estarán en este libro algunas de las respuestas que estoy buscando para mi investigación de EBECA?

Aunque hoy día Montessori es más conocido por su trabajo en centros privados para familias con un cierto poder adquisitivo, lo cierto es que el nacimiento del método surgió de la experiencia con niños sin recursos ni hogar en la Scuola dei Bambini. El proceso del descubrimiento del método está muy bien expuesto en el libro.

Resulta difícil hacer un resumen de lo que va relatando en esta obra, pero creo entender que algunos de los pilares en los que se basa son: la autonomía de los niños para explorar y descubrir el mundo por sí mismos, y la importancia en ese proceso de la percepción sensorial y el movimiento libre. Para ello Montessori comienza a concebir y diseñar materiales y espacios para favorecer ese aprendizaje a partir de la propia experiencia.

Dentro de toda la información y temas que toca la autora en el libro, lo que me llama más la atención no son precisamente los materiales, los cuales son uno de los aspectos más conocidos del método Montessori, sino otras reflexiones suyas que giran en torno al el futuro de la humanidad, la naturaleza del ser humano, y el papel del educador o padre en el acompañamiento del desarrollo y aprendizaje del niño.

De hecho, en el prólogo del libro escrito por su hijo Mario Montessori encontramos la siguiente reflexión:

Pág. 17  «Por eso crece el número de colegios que usan el método Montessori únicamente como método de enseñanza. Mucha gente declara que fue ésta la intención de la Doctora Montessori, sin tener en cuenta aquello a lo que la Doctora Montessori dio mayor valor: la contribución para una paz universal que puede aportar el niño a la humanidad. «

Pienso que puede ser útil transcribir algunos fragmentos del libro “El secreto de la infancia” para poder recordar y reflexionar mejor sobre sus aportaciones. Deseo os sean de utilidad, a mi me han encantado.

Fragmentos del libro de Maria Montessori “El secreto de la infancia”

El libro comienza a sorprenderme desde el inicio. La propuesta de Montessori es comprender la naturaleza del ser humano a través del estudio de la infancia con el fin de mejorar la vida entera de los hombres. En el estudio del niño está la esperanza de la humanidad. Es por ello que llama al siglo XX “El siglo del niño”.

Pág. 28 «Lo que podrá dar un definitivo y poderoso impulso a la mejora de los hombres no será el niño físico, sino el niño psíquico. El espíritu del niño podrá determinar lo que quizá sea el progreso real de los hombres y acaso, ¿quién lo sabe? El inicio de una nueva civilización.”
“Nadie pudo prever que el niño encerrase en sí mismo un secreto vital, capaz de arrancar el velo sobre los misterios del alma humana, una incógnita necesaria al individuo adulto para la resolución de sus problemas individuales y sociales. Este moderno punto de vista puede fundar una nueva ciencia investigadora sobre el niño, y su importancia puede influir en toda la vida social de los hombres”.

Pero cómo puede ser, ¿no sabemos a estas alturas todo ya sobre el ser humano?  ¿Una ciencia para estudiar al niño? Sigo leyendo y me acerco a su modo de comprender al hombre, al cual considera que está avanzando en su camino. Vamos, que considera que somos un “work in progress”. Es cierto que nunca dejamos de aprender. ¡A ver si nos da más pistas sobre cómo continuar con el descubrimiento de la naturaleza de la infancia!

Pág. 37 (hablando de cómo podemos ir evolucionando como adultos, siendo conscientes de nuestros errores). “Para educar al niño de manera distinta, para salvarlo de los conflictos que ponen en peligro su vida psíquica, es necesario  en primer lugar un paso fundamental, esencialísimo,  del cual depende todo éxito: y es el de modificar el adulto”.

¿O sea que son los adultos la clave de la educación? Montessori nos habla de cómo promover un cambio en el adulto a través de un cambio de mirada  y reinvención de lo que consideramos infancia y educación. Tengo la senación de que muchos problemas que en ocasiones hay en las aulas y en casas con los niños, vienen de una imagen equivocada de lo que es un niño, de tener falsas expectativas…

Pág. 39 Haciendo referencia al antiguo paradigma educativo: «(Y este punto de vista hace) considerar al niño como un ser vacío que el adulto debe llenar con sus propios esfuerzos; como un ser inerte e incapaz para el cual el adulto todo lo debe hacer; como un ser sin guía interior, que el adulto debe guiar desde el exterior. En fin, el adulto es como el creador del niño y considera el bien y el mal de las acciones del niño desde el punto de vista de sus relaciones con él. (…) En esta forma, que inconscientemente anula la personalidad del niño, el adulto actúa convencido de su celo, amor y sacrificio.»

Queda claro que Montessori insiste en que el niño no es un cubo vacío que llenar, sino un ser que nace con habilidades y preferencias. Sigo leyendo, y también me sorprende su modo de entender el ambiente apropiado para que se desarrolle todo el potencial del niño:

Pág. 174 «Hay que actuar sobre el ambiente para liberar sus manifestaciones; el niño se encuentra en un período de creación, bastará con abrirle la puerta. (…) Así, preparando un ambiente adaptado al momento vital, la manifestación psíquica natural llegará espontáneamente, revelando el secreto del niño. Sin este principio es evidente el peligro de que todos los esfuerzos de la educación penetren en un laberinto sin salida.»
Página 175 «Pero el adulto forma parte del ambiente; el adulto debe adaptarse a las necesidades del niño, con objeto de que no sea un obstáculo para éste y que no se sustituya al mismo en las diversas actividades a desarrollar por el niño antes de llegar a su madurez.»
«La figura del maestro ha sido una de las innovaciones que han despertado mayor interés y discusión: es el maestro pasivo, que destruye ante el niño el obstáculo de su propia actividad, que se complace en borrar su propia autoridad para desarrollar la actividad del niño y que se muestra plenamente satisfecho cuando le ve obrar solo y progresar sin atribuirse el mérito a sí mismo. «

Es decir, que el ambiente es importante para que el niño florezca. Y por ambiente, tenemos que incluir los materiales y espacios, y la actitud y presencia del educador.

Vuelvo al punto de partida del libro y no dejo de sorprenderme de sus afirmaciones. Estudiar al niño y aprender de él puede ser un modo para los adultos de aprender y reinventar su modo de relacionarse con los niños, sino también de comprender los misterios que entraña el alma del hombre. Estar en contacto con los niños desde la mirada del respeto a su individualidad es caminar hacia un mundo en el que cada uno puede encontrar su propio camino y respetará a su vez a quienes avancen con él. Creo que en este sentido, cuidar del alma infantil, es una inversión para la humanidad de incalculable valor.

(Pág. 23) «El niño no es un ser extraño que el adulto puede considerar desde el exterior, con ciertos objetivos. El niño es la parte más importante de la vida del adulto. Es el constructor del adulto. El bien y el mal del hombre maduro tiene una relación muy estrecha con la vida infantil, que lo formó. (…) Tocar al niño, es tocar el punto más delicado y vital donde todo puede decidirse y renovarse, donde todo está lleno de vida, donde se hallan encerrados los secretos del alma, porque allí se elabora la educación del hombre.»

Sin duda alguna la psicología nos ha demostrado ya hoy en día la estrecha relación que puede haber entre la calidad de vida y de cuidados del niño y su vida futura como adulto. La importancia de cómo se viven los primeros años es crucial para su crecimiento físico y psíquico. Si conservamos este cierto sentimiento de veneración hacia el trabajo que supone el ser padre o educador, nuestro papel de adulto cobrará mucha más importancia de la que pensamos, y haremos lo que esté en nuestra mano para que los pequeños cuenten con los mejores cuidados que seamos capaces de dar.

Como vimos en esta lista de frases de grandes pensadores sobre la educación de los niños y el futuro de la humanidad, la idea de base de Montessori en un cierto sentido no es nueva, y a su vez podemos decir que es todavía vigente. Lo que me parece más importante destacar de estos fragmentos es que en nuestra sociedad existen distintas miradas sobre la infancia, y no podemos asegurar que todas garanticen el bienestar del niño en la primera infancia ni favorezcan un rol del adulto que se adapte a los ritmos y necesidades de los mismos. Jornadas interminables de socialización con rotación constante de niños y cuidadores, aunque sean en centros con materiales educativos impecables, no son la mejor opción para los niños más pequeños, pues la seguridad afectiva y psicológica van primero que la opción pedagógica.

Para aprovechar la oportunidad que nos plantea Maria Montessori de descubrir el secreto de la infancia, para desarrollar una mirada nueva y sin ideas predeterminadas, y detectar las necesidades reales de los niños, necesitamos tiempo y mirarnos a nosotros mismos. Sólo a partir de una mirada de la infancia que se enfoque realmente en el niño y no sólo en las necesidades adultas, la sociedad podrá seguir construyendo métodos educativos que tengan un verdadero impacto positivo en los niños. Según Maria Montessori, si hacemos ese esfuerzo, tendremos muchas más posibilidades de construir un mundo mejor.

Un debate que para mí queda abierto a partir de estos fragmentos sería el de encontrar el equilibrio entre dejar espacio al niño y ejercer un rol como adultos que pueda ser una guía adecuada en cada edad, sin caer en la directividad excesiva que no tenga en cuenta la personalidad del niño ni en una excesiva laxitud que deje al niño desprovisto de esa guía. Esto ya es tema para otro post, lo veremos otro día.

Hoy me ha encantado quedarme con el mensaje de María Montessori acerca de la importancia de los primeros años de la infancia para el futuro de la humanidad. ¡Espero os sea de utilidad y inspiración en vuestro trabajo como padres o maestros!

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