22 Oct Juguetes compartidos en los parques de Nueva York y Barcelona
Cuando vives en una gran ciudad como Brooklyn sientes la necesidad de permanecer una parte del día al aire libre, disfrutando sus espacios y parques verdes. Callejeando he encontrado un pequeño parque muy cerca del Museo de Brooklyn. En la Avenida Underhill entre las calles Park Place y Prospect Place, se encuentra el pequeño parque urbano de Underhill. El parque dispone de baños, y de juegos de agua para refrescarse que están encendidos durante el verano. Los juegos de agua son una de las grandes atracciones en los parques públicos de Nueva York. Tengo la oportunidad de quedarme durante un rato allí, y de observar cómo es la vida en ese parque. Además de los juegos de agua e instalaciones típicas de psicomotricidad, observo que hay un montón de juguetes de plástico de medida grande por todas partes. Triciclos, cocinitas, cochecitos…
Muchos son elementos con ruedas, útiles por lo que veo sobretodo para niños bastante pequeños. Otros, sin embargo, son utilizados por los niños más mayores para los usos más inesperados. ¡Una niña de unos seis años acaba de utilizar una cocinita de plástico volcada en el suelo como escalón para llegar a una estructura de psicomotricidad a la que no alcanzaba por altura! Otro niño juega a montarse encima de un triciclo y a pasar por debajo del surtidor de agua que hay situado en medio de una pequeña plaza. Cada uno se divierte a su manera inventando nuevas e originales formas de utilizar los juegos aparentemente abandonados, dándoles nueva vida y usos distintos de aquellos para los que fueron creados originalmente.
Sin embargo, empiezo a cuestionarme si los juguetes que están usando son suyos o están abandonados. Me acerco un poco a un triciclo aparcado en una esquina y compruebo que lleva escrito con rotulador el nombre del parque. Así que se trata de un juguete por así decirlo «público». ¡Me parece una iniciativa extraordinaria! Me decido a descubrir más hablando con una madre del parque. Me cuenta que hace muchos años que inició el proyecto de los juguetes compartidos, y que los vecinos colaboran de modo natural con la donación y conservación de los mismos. Nadie tiene miedo de que los juguetes desaparezcan, pues en general se respeta la idea de que puedan ser de uso común.
En muchos parques se suelen usar también los típicos juguetes para la playa, como cubos y palas para jugar con el agua durante el verano, pero también para jugar con la arena el resto del año.
¿Es realmente necesario que cada niño lleve el suyo?¿Qué ocurre cuando viajamos con niños? Cubos, palas, rastrillos y moldes para la arena, todos ellos hechos de plástico, pueden ser utilizados durante muchos años y por muchísimos niños, pues son resistentes y aguantan muchas horas de juego. ¿Tiene sentido que cada niño disponga de un «kit» de playa sólo para él, que utilizará durante un pequeño periodo de tiempo? ¿Tiene sentido comprar en cada lugar de destino un cubo nuevo y una pala? En ocasiones es posible viajar con algunos juguetes básicos, pero en otras no.
Moverse dentro de la gran ciudad puede ser también una especie de viaje, especialmente durante los años en que los niños son pequeños y hay que llevar todo encima: ropa de recambio, comida, agua, pañales…
En Barcelona existe una una iniciativa similar a la del parque de Underhill de Brooklyn y que responde a mi pregunta sobre los juguetes para jugar con la arena. Se trata del proyecto SocialToys, iniciado por dos madres, Sarah Rink y Marta Ros, que decidieron comenzar la aventura de crear cajas de juguetes compartidos para uso público. La primera caja la situaron en un parque en el Paseo de San Juan con Córcega de Barcelona, en el que hay un arenero para jugar, e incluyeron una caja con juguetes para jugar con la arena. La demanda de nuevas cajas ha ido creciendo exponencialmente, y actualmente se pueden encontrar cajas en otras ciudades de Baleares y Madrid, e incluso en Alemania y Brasil. En realidad, la idea de sus fundadoras que cualquiera pueda llevar a cabo esta idea en cualquier barrio o ciudad.
Delante de otro proyecto cooperativo basado en la educación y la sostenibilidad en Barcelona, mamaG, también se ha instalado otra caja con juguetes para jugar con la arena todo el año delante de su sede en el barrio de Guinardó, en el Passatge Garrofers, 1, Plaça Maspons i Llabrós, 7.
Estos proyectos nos invitan a reflexionar acerca de las consecuencias de nuestros hábitos de consumo y ser más creativos en la utilización de los objetos que utilizamos por un tiempo limitado.
¿Conocéis alguna otra iniciativa de juguetes compartidos? ¿Os animáis a iniciar una en vuestro barrio? ¡Escribidnos a info@ebeca.org y nos lo contáis!