21 Nov Receta básica de Pasta de Sal y materiales para acompañarla «zero waste»
En Nueva York existen numerosos grupos de preescolar cooperativos o cooperative preeschools para niños menores de cinco años, con unos pocos niños y un/a educador/a que es asistido/a por los padres de manera rotativa. Este tipo de espacios educativos son alternativas que nacen para dar respuesta a un público que, en Nueva York especialmente, es muy heterogéneo, y que tiene necesidades y expectativas con respecto a la educación de sus hijos distintas de las que plantea en ocasiones el currículum oficial público.
Los/las educadore/as de este tipo de grupos que trabajan con esta franja de edad pueden ser muy distintas entre sí, y seguir como base distintas pedagogías, pero en términos generales todas tienen una visión del juego infantil y de las necesidades del niño de preescolar con algunos rasgos comunes. Una de las ventajas que ofrecen es la de contar con un ratio niño/adulto mucho menor, ofreciendo una atención mucho más personalizada. Algunos incluso se hacen en distintos idiomas, pues en Nueva York hay gente de todos los lugares del mundo, interesados en que sus hijos no pierdan su lengua materna. He podido encontrar grupos en francés, italiano, español y alemán, en un mismo barrio, además de en inglés, ¡por supuesto!
Las/los educadores/as de estos espacios suelen ofrecer a los niños materiales abiertos y multifuncionales para que puedan experimentar con ellos sin alcanzar un objetivo concreto. Un material que me ha llamado la atención por su sencillez y versatilidad ha sido el natural play-dough o pasta de moldear natural, que puede realizarse con mil variantes distintas. Gracias a lo aprendido visitando algunos de estos grupos de juego, hoy nos centraremos en una versión básica, la clásica pasta de sal. Además, la realizaremos en versión Zero Waste.
¿Qué es la tendencia Zero Waste?
He tenido la suerte de conocer esta tendencia gracias a algunos compañeros de la Cooperativa de Consumo de Brooklyn Park Slope Food Coop. Se trata de una filosofía que pretende hacernos reflexionar acerca del ciclo de vida e impacto de los productos que consumimos, proponiendo reducir a cero los residuos generados por nuestras actividades, seamos particulares o empresas. Según la Zero Waste International Alliance, todos materiales que tiramos son recursos, y su objetivo es que ningún residuo sea destinado a contaminar el agua, la tierra o el aire. A primer golpe de vista, parece un objetivo imposible de conseguir en determinados trabajos. Sin embargo, la ZWIA ha documentado numerosas empresas que han conseguido eliminar el 90% de sus residuos. Me parece realmente apasionante esta mirada, y está totalmente en la línea de la investigación EBECA. ¡Así que vamos a comenzar a difundir pequeños gestos cotidianos zero-waste también en las actividades infantiles!
Receta básica de pasta de sal Zero Waste
1 taza de sal
1 taza y media de harina
agua
Podéis cambiar ligeramente las proporciones, dependiendo de vuestro gusto personal, tipo de harina, y de sal. El resultado será más suave, líquido o compacto, en función de las proporciones. Bajo mi punto de vista, variando las proporciones los resultados y objetivos del material cambian, y eso puede dar mucho juego. Además los ingredientes son simples y es posible además conseguirlos con el mínimo impacto ecológico. Por ello, aunque hay mil recetas de pastas de modelar caseras, me ha parecido interesante ésta para empezar a explorar el tema de las manualidades zero waste.
Para conseguir los materiales he ido preguntando en los supermercados si tenían harina o sal recientemente caducadas. En un colmado cerca del Prospect Park, me han dado dos paquetes de sal que tenían un pequeño agujero y no eran vendibles. Otra opción sería comprar al granel los ingredientes con nuestros propios contenedores de tela o cristal, y con ello se conseguiría el objetivo de crear manualidades sin haber utilizado ningún envase.
Materiales impacto cero para jugar con la pasta de sal
Los materiales manipulativos para acompañar la pasta de sal pueden ser infinitos, pero hoy propongo comenzar con algunos muy básicos al alcance de cualquier educador u hogar como:
–Cáscaras de nuez a las que se quitan los restos interiores para que sean muy lisas.
–Restos de pinzas de tender rotas, sin la parte metálica
–Pieles de mandarinas previamente deshidratadas. En mi caso las he secado encima del radiador en una bolsa o caja de cartón abierta. Cuando están secas quedan rígidas, pero mantienen el perfume y dan mucho juego como material manipulativo.
El resultado: ¿juego de niños o alta cocina?
Las fotografías ilustran el trabajo de niños entre 3 y 6 años de edad. Mientras realizaban su trabajo iban haciendo sus descubrimientos. Primero llamaban a su ejercicio «casa» o «barco» y luego cambiaban su descripción, según iba transformándose el resultado final. Tal vez lo mejor para acompañar su proceso experiencial sea un silencio empático, o cualquier sencillo gesto o palabra que tenga el fin de compartir la alegría de sus descubrimientos.
No es necesario poner nombre a sus creaciones. Cuando ellos veían un barco, yo veía otras cosas. ¡Algunos de los resultados me recordaban incluso a presentaciones de platos de alta cocina! ¿No pensáis que veríamos distintas esas creaciones su hubieran sido hechas por adultos? Y aún así, el proceso en ellos es mucho más importante que el resultado. El parecido del resultado con el mundo adulto no es importante. Lo que es esencial es que puedan disfrutar de la experiencia del descubrimiento.
Ser testigo del proceso de exploración sensorial y aprendizaje de los niños es una experiencia increíble. Desprenden ilusión, curiosidad y una gran voluntad por hacer. Ellos sí saben disfrutar, del proceso por encima del resultado, si les permitimos experimentar sin condicionamientos externos. Sus ejercicios forman parte de su proceso de aprendizaje, pero son, sin que ellos lo sepan, inspiradores también para los sentidos y el alma de los adultos.
Links relacionados
Zero waste International Alliance
http://zwia.org
SOBRE LA AUTORA
Maria Folch. Artista, educadora artística, terapeuta de flores de Bach y Reiki, asesora formada en Crianza Positiva y Pedagogía Waldorf. Vive y trabaja en Reggio Emilia, Italia. Realiza formaciones y asesoramientos a personas individuales, familias o escuelas en las que une recursos creativos en versión sostenible, y de crecimiento personal. Divulgadora a través de este blog www.ebeca.org
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